Muchos de nosotros al pensar en VPO (viviendas de protección oficial) pensamos en bloques de vivienda de espacio mínimo, donde lo único que importa es que albergue mayor número de viviendas sin tener en cuenta su diseño. Pero esto no es siempre así, hay VPO que tienen un gran diseño, hoy os voy a presentar dos de ellos.
VIVIENDAS PROTEGIDAS EN MIERES
En el paisaje urbano de Mieres (Asturias)
se levanta este bloque de viviendas VPO.
Este inmueble es el resultado del concurso arquitectónico VIVA, el cual fue promovido por el ministerio de vivienda en 2006 para revitalizar la zona y dotarla de viviendas protegidas, accesibles en precio y de concepto vanguardista.
La propuesta es un respiro dentro de la densa masa urbana edificada en Mieres. Desde el interior del edificio es posible encontrar vistas tanto del prado como del monte, conciliándose la dualidad rural-urbana.
El edificio parte de la manzana tradicional de siete u ocho alturas donde la ventilación y la luminosidad tenían difícil acceso, se plantea un juego de recortes y vacios de forma, que desde el interior se tienen vistas de las montañas y valles y además se facilite el soleamiento del espacio interior. En este caso se rompen las esquinas, desapareciendo así la tradicional manzana de acceso restringido y permitiendo ahora el acceso al espacio común y desde ahí a cada uno de los portales. Este espacio se convierte así en el centro de relación de sus habitantes.
VPO DE SALOU
Este edificio se encuentra en el nuevo polígono Emprius Sud de Salou. Está compuesto por dos bloques iguales esquinados, realizados con materiales sencillos y económicos, pero aun así con un gran diseño.
El edificio se compone de dos bloques iguales, de planta sótano para aparcamiento, planta baja y tres plantas en altura. Ambos bloques cuentan con 10 viviendas por planta, sufriendo los tres últimos un giro de 90⁰ para que queden orientados hacia el trastero, mientras que las otras siete se encuentras alineadas hacia la calle.
El acceso hacia las viviendas está dispuesto en una pasarela que da al exterior, planteada como lugar de relación entre los vecinos. En este proyecto se le da una gran importancia a los espacios comunitarios de entrada. En este caso se realiza mediante unas pasarelas sobredimensionadas para su uso funcional, para entenderlas como lugar de interrelación personal. En ellas el espacio aumenta y disminuye creando lugares propios para la vida en comunidad. Este espacio no está directamente abierto a la calle, sino que tiene varios filtros intermedios, uno de ellos está formado por unas enredaderas que nacen de las jardineras de acero corten dispuestas en hileras a lo largo de toda la pasarela y que trepan agarrándose a los límites del edificio, apareciendo también barandillas, pasamanos y celocias.
En la terraza se encuentra el mismo lenguaje que en la pasarela comunitaria: barandillas de acero corrugado, fachada enfoscada y lamas de madera de nuevo sobre el corrugado, proporcionando privacidad al usuario.
